jueves, 24 de noviembre de 2011

Champiñones rellenos

¡Es tiempo de setas, señores! Y cómo tal, el otro día compré una bandeja de hermosos champiñones. Eran hermosos y enormes y me inspiraron enormemente, a rellenarlos.

Simplemente, cortar los tallos del champiñón (tantos como te quieras comer) y vaciar un poco la cabecita, para que haya hueco suficiente para meter el relleno. Qué de esta vuelta consistió en cocinar los tallos y lo que sobró de dentro de los champiñones, con un poco de ajo, un trozo de tomate, sal y pimienta en una sartén con un poquito de aceite. Ya listos unos taquitos de jamón y a rellenar!

Antes de echar el relleno, cómo no, unté los champiñones, aún crudos, con queso de untar (semos fanes) y luego si, con la ayuda de una cuchara, meter el relleno en los champis, previamente colocados en una bandeja apta para horno. Que es a dónde se van durante media horita a fuego medio, hasta que estén blanditos y tengan un color marroncito delicioso.

La verdad es que son super fáciles de preparar, y como el relleno se hace con los tallos de los champiñones, tenemos la certeza de que no nos va a sobrar. Creo que la semana que viene volveré a comer champis rellenos! Oh, yeah!

domingo, 13 de noviembre de 2011

Me invento mi propia sopa de ajo

Sigue la lluvia a Galicia! Y con ella, el frío y los catarros. Ahora mismo sufro mi congestión lo mejor que puedo. Para paliar el catarro hice sopa. Como en casa tenemos un montón de ajos quise probar a hacer sopa de ajo. Un plato muy español, pero que en Galicia, o al menos en mi entorno no se come mucho. Busqué en internet la receta, aquí está muy bien explicada, con fotos del proceso y todo: http://www.mercadocalabajio.com/2008/09/platos-para-principiantes-sopa-de-ajo.html Peeero, como esto es un piso de estudiantes faltaban ingredientes, el jamón y el pan; y a mi tampoco es que me haga mucha gracia lo de echarle los huevos a la sopa para que se cuezan, así que como siempre, improvisé y triunfé.

La sopa es sencilla de hacer. Empecé por dorar unos dientes de ajo (yo usé 3 bien grandes y bien trozeados) en aceite, en una cacerola grande. Cuando estaban bien doraditos, aparté la olla del fuego, añadí una cucharada de pimentón dulce (a falta del picante) y tres cucharadas de harina de maíz (a falta de pan).
En otro cazo aparte, diluí dos pastillas de caldo de pollo en un litro de agua (lo que indican las instrucciones, vamos). Esto lo vertí sobre el sofrito de ajo y lo puse a fuego lento, durante unos 20 min. evitando que rompiese a hervir. Mientras estaba la sopa al fuego, añadí un tomate troceado, un chorrito de vino, un poco de pimienta y otro pelín de orégano. Si fuese necesario, hay que echarle sal, de hecho mi sopa la necesitó.

Lo cierto es que me quedó muy aceitosa, pero a pesar de eso está bien de sabor, y supongo que con pan estará riquísima, como sobró un montón mañana podré comprar pan y mojarlo bien mojado.