lunes, 26 de septiembre de 2011

Bombas calóricas. También conocidas como empanadillas.

Hoy me aburría mucho esta mañana, y había en la nevera unas acelgas que había que comérselas ya o ya! Entonces, en un momento de inspiración me decidí a hacer unas empanadillas.

Primero hice la masa de las empanadillas: una taza de harina, un huevo, un sobre de levadura, medio vaso de leche, un chorro de aceite y sal. Esto todo lo amasé bien, bien, añadiendo harina hasta que me quedó una masa que no se me pegaba en las manos y que al tacto era como un chicle bien masticado. Bien amasada por supuesto, pegándola de ostias contra el mármol de la cocina.

Por otra banda, cocí las acelgas con un poco de sal y preparé una bechamel: derritiendo algo así como una cucharada de mantequilla, a la que se le va añadiendo harina hasta que quede una masa uniforme. Luego le añadí leche para que se fuera diluyendo esta masa, sin parar de remover. Al final tiene que quedar una salsa espesa, sin grumos a la que le añadimos un poco de sal y pimienta. O nuez moscada, dependiendo de lo que te guste más.

Una vez cocidas las acelgas, las escurrí, las corté y las mezclé con la bechamel. También le añadí unos trocitos de jamón serrano, por eso de dar sabor y esas cosas.

Finalmente, estiré bien la masa, hice círculos con la masa poniendo una cuchcarada de las mezcla en el centro y cerrándolas bien. Voilá! Empanadillas, finalmente las freí en aceite bien caliente y ahí están estas bombas de harina y mantecas!! :D

3 comentarios:

  1. "al tacto era como un chicle bien masticado"
    ole Paula, gran explicación en un blog de comida!

    con cariño, tu hermana

    ResponderEliminar
  2. Y qué me dices de la expresión "pegándola de ostias contra el mármol de la cocina" con laísmo incluido? Pau, yo pensaba que odiabas eso xD

    ResponderEliminar
  3. Pero es que este no es un blog serio, escribo como me sale del parrús!

    ResponderEliminar